Uno de cada cinco smartphones vendidos en el mundo… ¡Falsificación!
Hace unos días publicábamos una información sobre la venta de productos falsificados en España y la hipocresía del consumidor español, que se muestra totalmente en contra de la compra de artículos falsos. Pues bien, esta información añade otro punto interesante a este debate: uno de cada cinco teléfonos móviles y una de cada cuatro videoconsolas importadas internacionalmente son falsificaciones. La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) alerta de este aumento del tráfico de artículos procedentes del mercado negro, especialmente en lo que respecta a las Tecnologías de la Información y la Comunicación.
El informe en el que se recogen estos datos es ‘El comercio de bienes falsificados en las TIC’ hace referencia a que en los últimos años se ha dado una caída de este tránsito de productos falsificados. En 2013 supusieron un valor global del 143.000 millones de euros. Un 6,5% del comercio global del sector correspondía a productos que eran falsos. Esta cifra está bastante por encima de la de 2016, cuando ese índice en cuestión fue del 2,5%.
Los motivos que están llevando a que siga existiendo de manera importante este mercado negro son varios. La OCDE apunta al alto valor de los teléfonos y los accesorios para estos. Hay que añadir la demanda por este tipo de dispositivos, lo que los convierte en un objeto de deseo muy preciado para los falsificadores. Cada vez son más las piezas que se están copiando para comercializarlas entre los usuarios y consumidores de todo el mundo.
La organización apunta que esas falsificaciones conllevan riesgos de seguridad y de salud. Se pueden dar cortes de servicios y pérdidas de ingresos para gobiernos y empresas. El país del que proceden el mayor número de productos falsificados es China y entre los más afectados están los fabricantes estadounidenses. “En una industria que depende enormemente de los derechos de propiedad intelectual, las falsificaciones lastran la confianza de los consumidores en las marcas establecidas y presentan riesgos para su salud, su seguridad y su privacidad”, alerta la OCDE.
