Desempleo y mayores de 55 años: Cuando el paro se convierte en algo crónico

junio 12, 2017
DISANAR

Hace nueve años Helidora –Heli para los amigos– se quedó en paro. Había trabajado durante mucho tiempo como educadora infantil pero una lesión se atravesó en su camino. “Me dieron la incapacidad para mi profesión habitual y lo pasé fatal, pues tuve que renunciar a la que era mi vocación”, explica a los medios. Teniendo en cuenta que había cumplido ya la cincuentena y la situación en la que estaba el mercado laboral –en plena crisis–, se decidió a formarse como administrativa, sin conseguir superar ningún proceso.

La suerte parece haberle cambiado y hace apenas un mes recibió una llamada de Fundación Adecco: ¡La querían entrevistar para cuidadora de comedor! Su presente es que tiene un contrato de trabajo y la vuelta a la actividad “ha sido un regalo para mi”, apunta.

Una historia de superación y que invita al optimismo pero que, mal que nos pese, es una excepción que confirma la regla: un 61% de los mayores de 55 años no han sido llamados para realizar una entrevista en el último año y a mayor edad más complicado encontrar un empleo. Esta es una de las cifras que recoge el informe #TuEdadesunTesoro de Fundación Adecco, un estudio que muestra una cruda realidad: que a partir de los 55 años las oportunidades laborales son prácticamente inexistentes para el más de medio millón de personas de esas edades que están buscando ocupación profesional.

Francisco Mesonero, director general de la organización, señala que “quedarse en paro a las puertas de la jubilación es un problema de dimensiones mayúsculas. Muchos desempleados mayores de 55 años pierden su trabajo con una pequeña indemnización que no les cubre hasta la edad de jubilación, lo que les exige buscar un empleo que, en muchas ocasiones, nunca llega”.

El quid de la cuestión está en que a día de hoy existe un mercado altamente competitivo. Las empresas se decantan por los más jóvenes, un colectivo al que asocian una mayor calificación profesional, mejor formación, flexibilidad y rentabilidad. Los primeros aspectos van muy ligados al hecho de que los desempleados senior han desarrollado su carrera en profesiones que han quedado un tanto obsoletas y les exige reciclarse para adaptarse a un entorno que cambia a pasos agigantados.

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Prejuicios que destrozan carreras

Los empresarios y reclutadores de personal cuentan en los procesos de selección con un enemigo de los mayores de 55 años un tanto invisible: el prejuicio. Mesonero apunta que este colectivo suele identificarse con un “perfil obsoleto, lo que les puede conducir al descarte automático. Además, en muchos casos estas personas están desenfrenadas a la hora de buscar empleo y ello les lleva a no seguir la estrategia correcta”.

Tanto es así que en España el número de gente que ha superado dicha edad y que están desempleadas ha crecido un 16% en apenas un lustro. En cinco años se ha pasado de 481.600 parados a 560.100. De ellos, prácticamente las tres cuartas partes lleva más de doce meses sin dar con un trabajo –y prácticamente todos llevan parados más de dos años–, una cifra que desciende conforme acotamos el análisis en perfiles más jóvenes: el 61% de entre los de 45 y 55 años y hasta el 54% entre los desempleados en general.

La larga permanencia en la misma situación, sin atisbo de esperanza, es lo que les lleva a pensar que no volverán a trabajar jamás. Un 70% de los encuestados así lo creen. Se ven fuera del mercado laboral para siempre. ¿Los más optimistas? Consideran que mínimo necesitarán de 12 meses para volver a colocarse.

La experiencia parece llevarles a tal conclusión, dicho sea de paso, pues un 61% declara que no le han llamado para entrevistas laborales en el último año pese a aplicar para varias todas las semanas. Consideran en un 90% de los casos que la edad es la clave y apenas un 10% lo asocia a otras circunstancias del momento.

Tener trabajo, una necesidad

Los mayores de 55 años perciben una prestación especial de 426 euros al mes hasta la edad de jubilación. Esta ayuda que suministra el Servicio Público de Empleo Estatal no la reciben todas las personas, pues depende de una serie de requisitos que hay que cumplir para que se aprueben.

Este importe ya de por sí ‘modesto’ resulta insuficiente para muchos ciudadanos que, a estas alturas, siguen teniendo cargas importantes. El 40% tienen hijos económicamente dependientes de ellos y un 35% sigue pagando hipoteca o alquiler. En estos casos el encontrar empleo no es solo por necesidad de seguir creciendo profesionalmente, sino que es una necesidad imperiosa para hacer frente a los gastos más cotidianos.

4 píldoras para encontrar oportunidades laborales

La Fundación Adecco pretende arrojar un poco de luz y ofrecer esperanza e ilusión a este colectivo. La organización, que en el último año ha conseguido ocupación para el 21% de los mayores de 55 años que han acudido a sus oficinas –un total de 300 personas–, ha presentado como anexo al estudio las siguientes cuatro pautas para que cambie la suerte y se encuentre el empleo que parece no llegar.

  1. No esconder la edad. Si se oculta esta información por miedo a que los reclutadores te rechacen al final sí que se convertirá en un problema. Lo mejor es dar protagonismo a tus capacidades y profesionalidad por encima de ese dato que, en realidad, no tiene importancia alguna.
  2. Poner logros y reconocimientos en valor. Explica con especial énfasis aquello de los que te sientas más orgulloso, los hitos que hayas ido alcanzando a nivel profesional e intenta centrar en ello la entrevista de trabajo. Debes aportar un valor diferencial y alejarte de las generalidades que suelen ir en los currículums.
  3. Recíclate profesionalmente. Este punto es fundamental. Estudiar idiomas, ofimática, formación en marketing, ventas, etc. Has de conectar con las nuevas necesidades del mercado laboral para equipararte con los más jóvenes. Esto hará que tu cualificación y la experiencia acumulada te ponga por delante de otros con menos trayectoria profesional a sus espaldas.
  4. Alimentar la autoestima. Nada de pensamientos negativos. Aleja todo aquello que alimente la tristeza y el desvánimo. Hay que pensar en positivo. Si tú te quieres, las empresas también lo harán.

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