Cómo montarte una máquina arcade desde cero
Los que nacimos en los setenta lo hicimos a la par de las primeras videoconsolas y máquinas recreativas. La primera videoconsola (Magnavox Odyssey) del mercado fue lanzada en 1972, y la primera máquina recreativa (Pong) de Atari unos meses más tarde (algún día os contaré cómo me fabriqué mi propio pong casero).
El caso es que, conforme fuimos creciendo, estas maravillas de la técnica y del disfrute (previo pago de 25 pesetas de la época) se fueron haciendo un hueco en nuestras vidas. Quién no recuerda el Space Invaders, Galaga, Tetris, Dragon Ninja, Golden Axe, Gauntlet y tantos otros juegos.
Pero la evolución de las videoconsolas, el poder jugar en casa a juegos de gran calidad y no tener que dejarte el dinero en aquellas grandes máquinas hizo que poco a poco los salones recreativos fuesen desapareciendo y las máquinas de videojuegos se olvidaran hasta el momento actual, en el que lo retro ha vuelto para estar de moda.
Muchas de estas máquinas siguen por ahí, algunas abandonadas y otras en proceso de restauración, pero sus precios son desorbitados y su restauración compleja. ¿Cómo llegar a obtener una, o al menos la experiencia más aproximada posible?, tenemos una web dedicada al desarrollo de máquinas recreativas DIY (hazlo tu mismo).
En esta web podremos encontrar lo que buscábamos, planos, información, enlaces. En la página principal tenemos los distintos tipos de recreativa que podemos construir. Me interesa en concreto una Bartop WeeCade. Tenemos información, tenemos herramientas (nos va a hacer falta una sierra de calar, una taladradora, destornilladores, y unas cuantas cosas más) y tenemos ganas de meternos en un lío colosal, así que ponemos manos a la obra.
Puede que nos encontremos con planos sin demasiada resolución o bien con las medidas en pulgadas. Yo soy poco diestro en las unidades métricas anglosajonas, así que me dedico un rato a buscar hasta que encuentro otros planos con las medidas en centímetros y que, incluso, pueden ser cargados desde Autocad, de modo que en algunas empresas de corte de madera os pueden directamente dar la madera cortada:
Si sois un poco mañosos, con serlo mínimamente ya estáis por encima de mí, podréis sacar en unos cuantos A4 el perfil de los laterales para haceros una plantilla si tenéis el valor de hacer vosotros el corte curvo. Para hacer esto encontraréis en el siguiente enlace una plantilla muy útil. Incluso se puede recortar esta plantilla sobre una madera fina, como okume, y usarla como perfil de corte sobre la madera definitiva.
Bueno, pues ya vamos teniendo información sobre el tamaño, la forma y la distribución de las piezas para crear el mueble de nuestra máquina arcade. Pero siempre es importante contar con alguien que nos asesore y nos saque de alguna duda que nos pueda surgir. Para ello yo me he alimentado de varios foros en los que podréis encontrar tutoriales, ejemplos y todo tipo de ayudas. Son foros en castellano en los que veréis que hay por ahí verdaderos manitas. No os desaniméis, si yo he podido hacer mi propia máquina teniendo dos manos izquierdas y una nula capacidad para las manualidades cualquiera puede hacerla. No dejéis de consultar:
Vamos con el mueble
Antes de empezar os daré un consejo: si veis imposible poder construir el mueble por problema de espacio, herramientas, tiempo o cualquier otro impedimento no os déis por vencidos. Actualmente a través de Ebay hay muchas empresas que venden kit’s ya prefabricados a los que tan sólo habría que añadir ordenador, alimentación, pantalla y mandos.
Hay muebles verdaderamente asequibles, por ejemplo del vendedor BartopSVQ, aunque no puedo hablaros de su calidad en tanto no los he visto en persona, pero las fotos tienen muy buena pinta y los precios son realmente buenos.
Ahora bien, si sois un poco manitas o bien estáis tan mal de la cabeza como yo lo suyo es construir tu recreativa completa, y para ello yo decidí empezar por el mueble en tanto me parecía la parte más compleja del proyecto.
Así que manos a la obra. Para empezar decidimos sobre qué material construimos nuestro mueble. Aquí entra mi conocimiento extenso en maderas nobles, mi experiencia en ebanistería y mi nulo raciocinio. La mezcla de esas tres características dio como resultado que me inclinara por hacer el mueble en DM de 16mm de grosor. Bueno, eso y que realmente se trata de un material asequible, fácil de encontrar y teóricamente sencillo de manipular. Ahora no lo haría.
El mueble ha quedado realmente sólido, pero es tremendamente pesado, y el DM era duro y difícil de cortar. Yo os aconsejaría otro material, quizá contrachapado o DM de un grosor menor, 12 mm o 10 mm, pero también sería bueno que os dejéis asesorar por la persona que os venda la madera.
También es importante que, según el grosor de la madera que vayáis a utilizar, adaptéis las medidas de los planos. Yo no lo hice, y me costó tener que rehacer el mueble una vez terminado porque el CPO (la zona de los botones y los mandos) no encajaba al haber utilizado una madera más gruesa que la que se indicaba en los planos. Nada que no se pueda arreglar con una sierra y un poco de lija. También hice la máquina de 45 cm de anchura.
La verdad es que es bastante grande, pero si la hubiera ensanchado hasta los 50 cm habría facilitado la colocación de los mandos, pero esto es a gusto del consumidor. Incluso podéis plantearos la posibilidad de hacer una máquina más pequeña para un sólo jugador… si no tenéis amigos es cosa vuestra, dejar los videojuegos, salid más.
Al turrón. Me personé en una conocida cadena de tiendas de bricolaje y compré medio tablero de DM, medidas 1.220 mm por 1.220 mm que me costó unos 13 euros, un listón de madera de Samba de 15 mm por 15 mm por 2.400 mm para usarlos como uniones entre las piezas de la máquina por 2,5 euros más o menos, y una pieza de lo que yo creía era metacrilato de 1 m por 80 cm y de 2,5 mm de grosor por 13 euros.
El metacrilato será el protector de la pantalla, de la marquesina superior y de la zona de los mandos y botones. El problema es que compré Ecoglass, que no es propiamente metacrilato y que tiende a rayarse y a agrietarse con mucha facilidad. Es mejor asegurarse de que realmente adquirís metacrilato, y sobre todo si os pueden cortar las piezas en la tienda mejor, es bastante complicado cortar el metacrilato con una sierra.
Como herramientas necesarias será imprescindible una sierra de calar decente con hojas de corte recto y curvo, una lija, una broca de pala para madera de 28mm, que nos va a permitir hacer los agujeros donde posteriormente pondremos los botones y los mandos, y todo tipo de destornilladores, tornillos y sargentas.
Para evitar el mayor número de cortes posible, ya que no es sencillo manejar una sierra de calar por primera vez, pedí en la gran superficie donde compré la madera que me realizaran ellos algunas de las piezas. El problema es que no realizan cortes inferiores a 25cm, por lo que hay que ingeniar un modo de sacar el mayor rendimiento posible a los cortes que te vayan a poder hacer. Como el medio tablero mide 122cm de alto por 122cm de ancho pedí dos cortes iniciales, uno de 45x122cm y otro de 50x122cm, quedando otra pieza de 27x122cm.
De la primera pieza, además, les solicité un corte de 45×35,7 cm para el suelo del mueble, otro de 45×42,7 cm para la trasera del mueble, y el resto de la pieza la utilicé para cortar la pieza superior (45×15,3cm) y la de los altavoces (45×14,2cm). En total 107,9cm de los 122cm disponibles. Estos cortes, al ser menores de 25 cm los tuve que realizar yo.
De la segunda pieza de 50cm de ancho obtuve el soporte del monitor (45x15cm) mandos superior (45x17cm) y mandos frontal(45×7,6cm), obteniendo del espacio restante (50×82.4cm) los dos laterales. Obviamente los cortes entre 50cm y 45cm que era el ancho que necesitaba los realicé yo para las piezas pequeñas en este trozo.
Si nunca has utilizado una sierra de calar, como era mi caso, no desesperes, no es sencillo. Lo primero que aprendí es que nada de empujar ni hacer fuerza, la sierra ha de ir a su ritmo y lo más importante es guiarla bien, si no lo haces es casi imposible que los cortes rectos queden rectos y que los cortes curvos no queden inclinados al ancho del tablero. Aquí es cuestión de pruebas e ir cogiendo destreza con la máquina. También tenemos que pensar que la máquina terminará pintada, con unos cubrecantos y decorada, de modo que algún que otro fallo es posible disimular.
Para unir unas maderas con otras y realizar la estructura del mueble yo usé listones de madera. Se puede hacer con escuadras, embutiendo los tornillos en la madera, pegando el mueble con cola… hay mil modos, pero a mi me pareció más fácil mediante listones. A estos listones les hacía unos pequeños taladros, dos en vertical y dos en horizontal, en los que luego introducía los tornillos tirafondos y unía la madera con ángulo de 90º.
Algunos de estos listones los retiré posteriormente, por ejemplo para la trasera, ya que quise que la pieza fuera desmontable de modo que se pudiera acceder al interior de la máquina en cualquier momento. Si, además, usas brocas “avellanadoras” para hacer los agujeros en los listones las cabezas de los tornillos quedarán embutidas dentro del listón, quedando un resultado bastante limpio.
La pieza que sostendrá el monitor es delicada. En lugar de montarla según los planos deberemos probar primero con el monitor montado sobre ella. Esto es así porque no todos los monitores tienen la misma anchura, ni los mismos sistemas de anclaje. Habitualmente se utiliza un sistema estándar llamado Vesa, que utiliza cuatro tornillos de una medida determinada. Yo realicé esos cuatro agujeros sobre la tabla que sostenía el monitor y lo anclé a la misma.
Después, con los laterales, la tabla de altavoces y el CPO montado, fui colocando el monitor y el soporte para que quedara situado correctamente, y finalmente en esa posición ya fijé el soporte en solitario. Es importante destacar que la parte superior del CPO (zona de mandos y botones) tocará directamente en la parte inferior del monitor.
La anchura del tablero nos obligará a dejar una distancia importante entre el extremo superior de la tabla y el monitor, ya que éste toca con el extremo inferior del tablero de este modo: |
. Para evitarlo debemos rebajar en 45º aproximadamente esta zona, para que el tablero descanse sobre el monitor, dejando unos milímetros de distancia con el mismo para la posterior colocación de la pieza de metacrilato.
Sobre el tamaño del monitor, a gusto del consumidor. Yo compré un monitor de 19” de segunda mano, ya que es difícil encontrar monitores nuevos en 4:3. El monitor también le añade un peso importante a la máquina, así que es importante mirar si vamos a mover mucho nuestro mueble o no para ver qué monitor utilizar.
Con esto tenemos el mueble casi terminado. Vamos ahora con las “tripas” de nuestra flamante recreativa.
La electrónica
Está claro que vamos a necesitar varios elementos para que todo esto funcione. Como núcleo de nuestro sistema de juego precisamos de un ordenador. Aquí hay diversidad de opiniones, como en todo. Podemos usar un ordenador “antiguo” que ya se nos haya quedado desfasado y que ejecute con bastante potencia emuladores tipo MAME. Es una buena opción, ya que el ordenador ya lleva incluida la salida de vídeo, audio, la fuente de alimentación y el almacenamiento masivo.
Ahora bien, también ocupa bastante sitio, y hay que pensar que el mueble que estamos construyendo no es demasiado grande y que con el monitor ya nos hemos comido una gran cantidad de espacio. Yo opté por otra alternativa, un mini-ordenador de la familia Raspberry Pi B.
Si no conocéis estos equipos, del tamaño de una tarjeta de crédito, deciros que se crearon para formación y que calzan, dependiendo del modelo, un procesador ARM, entre 512Mb y 1Gb de memoria RAM y que llevan como sistema de almacenamiento un lector de tarjetas SDHC, aunque también pueden tener conectados discos duros externos o almacenamiento USB. Tiene salida de vídeo HDMI, salida de Audio estéreo, puertos USB y RJ45. Para alimentarlo necesita 5V y es realmente versátil.
El “pero”, que no lo es realmente, es que funciona con sistema operativo Linux. Esto no es un problema, hay multitud de distribuciones de Linux pensadas para emular máquinas recreativas y otras consolas. Distribuciones compiladas a este efecto RetroPie, lakka, recalbox, PiPLAY (PiMAME), Commodore Pi, etc. Yo reconozco que primero instalé PiPlay, pero ahora he cambiado y estoy “trabajando” con RetroPie.
De todos modos, si os parece que Linux no es para vosotros, también existen distribuciones de Windows XP con instalaciones completas de emulaciones arcades (por ejemplo RetrOS) y entornos que permitan montar la máquina sobre dicho sistema operativo, ahora bien, sería sobre una plataforma que no fuera Raspberry Pi si no un PC completo.
Este mini-ordenador tiene un precio aproximado de 32 euros, y lo puedes comprar sobre todo en tiendas de electrónica o a través de Internet. Cuando yo fabriqué mi recreativa el modelo de Raspberry más avanzado era el 2, ahora hay un modelo superior que tiene más potencia y puede emular más máquinas que esta versión. Además se puede usar otras placas parecidas, como Orange Pi, Bannana Pi, etc, que son incluso más económicas y también tienen distribuciones Linux preparadas para instalar.
Una vez decidido el núcleo vamos con los periféricos. El ordenador genera salida de audio, pero necesitamos altavoces y algo que les dé potencia. Podemos “destripar” algunos altavoces de PC antiguos que tengamos por casa. Habitualmente van autoamplificados y llevan fuente de alimentación. Yo opté por usar los de una antigua mini-cadena, y para amplificar el sonido usé un amplificador parecido a éste, que cuesta sobre unos 12 euros desde China, y algo más desde distribuidores europeos.
Tiene una potencia de salida de 20W, más que suficiente, os lo aseguro, y necesita 12V para alimentarse. Además cuenta con potenciómetros de volumen, bajos y agudos. Esto me permitió instalarlo en la parte trasera de la máquina y dejar accesibles los potenciómetros, de modo que puedo controlar el volumen de los altavoces con facilidad. Los altavoces irán encastrados en la tabla que queda sobre el monitor. Para hacer los huecos tenéis que tener paciencia, marcar bien los círculos y cortar con la sierra despacio.
Tenemos ordenador, tenemos audio y vídeo, y ahora vamos al detalle más goloso y probablemente más caro de la recreativa: los mandos y botones. Encontré botones y mandos en Aliexpress pero el tiempo de espera de más de un mes con respecto a los precios que vi en España y tiendas europeas en Ebay no era demasiado competitivo. Yo los adquirí a una tienda francesa a través de Ebay, y estoy contento con el material.
Este kit lleva dos mandos zippy con restrictores (por si quieres permitir tan sólo cuatro movimientos), botones de tipo japonés (convexos en la parte superior y con los microinterruptores incluidos en el botón), cables y placa de conexión a USB. Aquí tenemos un mundo entero de posibilidades, botones iluminados, de distintos tamaños, mandos tipo americano, etc. Cuestión de gustos y de presupuestos, como siempre.
El kit incluía una placa que permite conectar todos los mandos y botones al ordenador por USB de modo que el sistema los reconocerá como joysticks, con lo que nos evitamos engorrosos hacks de teclados o conectar los botones directamente a los puertos GPIO de la Raspberry. Esta placa encarece algo el precio del kit de botones y mandos pero a mi entender merece la pena en tanto nos va a aliviar algún que otro dolor de cabeza.
Por último necesitamos alimentar tanto el ordenador como el amplificador, la luz que pondremos en la marquesina y el monitor. Para ello vamos a usar dos elementos, una fuente de alimentación de PC y una regleta sin cable de enchufes tradicional, de esas que todos tenemos por casa.
El ordenador necesita 5V para funcionar, y esto lo obtendremos de la fuente de alimentación de PC. Cualquier conector mollex de una fuente lleva una serie de cables que mantienen una corriente de (cable rojo) 5V o (cable amarillo) 12V, justo lo que necesitamos tanto para el Raspberry Pi como para el amplificador de sonido. Hasta aquí llegan mis conocimientos de electrónica.
Para la regleta, en la que enchufaremos el monitor y la iluminación de la marquesina superior, precisamos obtener 220V, y lo hacemos también desde la fuente de alimentación, empalmando los cables de entrada a la regleta a los de entrada a la fuente, justo situados tras el interruptor general de la misma. Realizando un agujero en el lateral de la fuente conecto los cables a la regleta y ya tenemos toda la alimentación que necesitamos.
Probamos conectando 5V a la Raspberry Pi (un cable de cargador de móvil normal nos valdría conectándolo al cable rojo y negro de cualquier mollex de la fuente) y los 12V al amplificador (cuidado con las polaridades en el conector de alimentación, para verificarla necesitamos un polímetro). ¡Y funciona!, vaya, pues parece que esto avanza.
Y ahora toca embellecer nuestro mueble. Lo primero será poner las piezas de metacrilato en su sitio. Tendremos tres piezas, una para la parte frontal de la marquesina, que filtrará la luz del tubo fluorescente o los leds que pongamos como iluminación, otra para proteger el monitor, que irá montada sobre este cubriendo los laterales del monitor bien con vinilos o con una cartulina negra para que no se vea el marco, y la tercera pieza para proteger el vinilo que vamos a poner sobre el CPO.
Esta tercera pieza es la más delicada pues tendremos que realizarle los mismos agujeros que al CPO en la zona de botones y mandos, fijarlo al mismo con cuatro tornillos con tuerca y doblarlo, a base de calor con una pistola de calor.
Cortar el metacrilato es un verdadero dolor de cabeza. Yo os aconsejaría que os lo cortaran donde lo compréis, ya que ellos disponen de material más adecuado para este trabajo. Para montarlo sobre el monitor un truco que yo he utilizado es usar cuelgallaves de esos que llevan una pegatina detrás, pegados en el marco inferior del monitor, marco que queda oculto bajo la tabla superior del CPO, y depositando el metacrilato sobre estos cuelgallaves, lo que evita que se desplace hacia abajo. Hay modos más “decentes” de poner este trozo de metacrilato, pero hay veces que lo más sencillo funciona a la perfección.
En cuanto al color del mueble me dejé llevar por la emoción y lo pinté de negro brillante. Mala idea. Pese a que le di un par de manos de imprimación la pintura negra no se secaba bien (puede que fueran los 40º a la sombra de aquel verano) y cualquier contacto con la madera dejaba huella. Pero como cubriremos los laterales con vinilos y los cantos con protectores será poca la superficie pintada que quedará al aire.
Por último quedaba decidir el arte que adornaría mi recreativa. Como buen retronostálgico me incliné por uno de mis personajes favoritos de dibujos animados de todos los tiempos, Mazinger Z, del que hay montones de imágenes geniales en la Web. Para la marquesina superior hice una composición con varias imágenes vectoriales de estilo manga de Mazinger, Afrodita y los primeros monstruos mecánicos de la serie, además de un logo de Arcade Z (extraído de ZonaArcade, un diseño de Janibol para una máquina de Zetilla que me encantó).
Para los laterales, debido a la forma curvada, tuve que buscar bastante, hasta que encontré una preciosa imagen en devianart.com de Ieco2011 que pude adaptar y me pareció muy acertada.
Para definir la zona de los mandos y los botones me basé en una plantilla que encontré en el foro de ZonaArcade. En dicha plantilla marcaba para dos jugadores la zona de los mandos y seis botones por cada jugador, dejando un margen alrededor del joystick que nos permitía pensar como sería el espacio total que este ocuparía en la parte interior de la máquina. Es importante pensar si queremos que nuestra máquina sea para uno o dos jugadores, y también analizar los botones extra que podemos necesitar para controlar el sistema.
Siempre hará falta algún botón para introducir monedas, otro para salir y, cómo no, los que comienzan la partida para 1 o 2 jugadores. Como el emulador que más utilizaré será MAME añado los botones Coins, Enter, Exit y Tab, así como botones para 1 jugador y 2 jugadores, en la parte inferior frontal del panel de mandos. Las funciones para dichos botones se configurarán posteriormente en el sistema operativo que pongamos.
Los vinilos son autoadhesivos, los mandé imprimir a través de una web que me los envió a casa en pocos días. Si tenéis alguna imprenta cercana quizá sea más razonable hacerlo allí, en tanto podréis ver pruebas de impresión y cambiar colores si os precisa. Hay muchos formatos ya definidos para bartops en internet, algunos libres y otros de pago, es cuestión de gustos y presupuesto el utilizar unos u otros, o bien hacer como yo y crear los tuyos propios.
Pese a no ser lo más complicado si puede llevarnos bastante tiempo, no os preocupeis, es importante ya que será la imagen que nuestra máquina tendrá al exterior y hay que tenerlo claro.
Tenemos definidos los emplazamientos de los botones, de los mandos, tenemos el metacrilato que va a proteger toda esta pieza y el vinilo que va a darle un toque de color. Bien, pues manos a la obra. El CPO está compuesto por dos piezas que se unen entre sí en un ángulo de unos 85º, no debe quedar recto, así que lijo un poco la zona de unión de las dos piezas y las uno con escuadras que he cerrado un poco previamente.
Puede que no quede perfecto, pero el vinilo se va a encargar de disimularlo. El metacrilato va sobre estas piezas en forma de L girada. Para ello lo doblaremos con una pistola de calor y mucha paciencia, dejándolo fijado a la madera mediante cuatro tornillos. Una vez tenemos la pieza preparada vamos a taladrar los agujeros para botones y mandos. Esto lo hago con una broca de pala de 29mm atravesando tanto el metacrilato como la madera. Es un trabajo duro, pero el resultado es bastante bueno.
Los botones no precisan más fijación que la pieza de plástico negro que llevan y que se atornilla por debajo, dejando la parte superior fijada con el embellecedor. Los mandos los fijo mediante cuatro tornillos a la madera por la parte de dentro, de modo que tan sólo sobresale el stick y la bola del mismo. Como llevan un embellecedor de plástico no se ve el agujero y tiene una movilidad completa en todas las direcciones.
La conexión de los mandos es relativamente sencilla. En el kit que adquirí va incluido el cableado, un cable será el común (tierra) que irá conectado a todos los micro switch (interruptores) tanto del mando como de los botones, y luego tendremos cables individuales para cada botón y dirección del mando. Todos estos cables irán conectados a la placa que os indiqué, y que mediante un cable USB se conectará al ordenador.
Como el equipo que voy a usar es pequeño (una Raspberry ocupa poco más que una tarjeta de crédito) la voy a atornillar en la parte trasera del soporte del monitor. Allí la tendré a mano para conectar o desconectar cualquier periférico que necesite. La fuente de alimentación irá en la parte trasera izquierda, para lo que tendré que recortar un trozo a la trasera de la máquina, ya que esto me permitirá que la fuente tenga ventilación y tener acceso directo al conector para el cable y al interruptor de la fuente.
El amplificador del sonido y los altavoces también los conectaré, y alimentaré el amplificador mediante 12V de la fuente de alimentación del PC. El amplificador lleva sus propios controles de volumen, agudos y graves, así que, igual que con la fuente de alimentación, recorto el perfil del amplificador en la trasera de la máquina dejando acceso a los potenciómetros para poder subir y bajar el volumen.
Para que la trasera tenga ventilación realizo una serie de agujeros del mismo diámetro que el de los botones en dicho panel, con ello consigo que la máquina tenga ventilación. Además pongo unos cierres a los lados tipo mueble (dos resbalones en el mueble y una pieza que se inserta entre ellos en la trasera) para poder retirar la parte trasera con facilidad y tener acceso al interior de la máquina.
Ya sólo falta conectar la máquina y probar que todo va bien. El monitor y la luz de la marquesina enchufados a la base de enchufes, la Raspberry alimentada por 5V desde la fuente de alimentación del PC, y el sonido por 12V desde la misma fuente de alimentación, además pongo un interruptor para poder apagar y encender la fuente y conecto la placa USB a la Raspberry. Una vez que todo está conectado, sólo queda probar que el sistema arranca y configurar los mandos correctamente.
Y ahora… A jugar.
Fotos | iStock, Antonio J. García
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La noticia
Cómo montarte una máquina arcade desde cero
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Antonio J. García Vidal
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