Cazadores de éxito: Kevin Systrom, 100 millones de fieles en Instagram

marzo 13, 2017
DISANAR

Su historia es la típica del mil millonario estadounidense forjado al abrigo de las nuevas tecnologías. Con sólo 33 años, Kevin Systrom ha conseguido que cien millones de personas se mueran por poner sus fotos en la red de imágenes más importante del mundo, Instagram.

Graduado en Ciencias e Ingeniería, la historia de Systrom comienza con una renuncia, cuando en 2005 rechazó una oferta de trabajo de un compañero de universidad, que resultó ser el mismísimo Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook. Systrom, nacido en 1983 en Holliston, en el estado de Massachusetts, decidió mantener su independencia, que en aquel momento se plasmaba en la cafetería del campus de Stanford.

Es en la universidad donde Systrom construye su carácter de emprendedor. Allí se inscribe en el programa Mayfield, que le abre las puertas de Odeo, la compañía que se convertiría en responsable del éxito de Twitter. Es la primera gran conquista profesional del fundador de Instagram.

Poco más tarde, nada más obtener su licenciatura, se une al equipo de Google como director de marketing de producto. Desarrolla sus actividades en Gmail, el calendario de Google y otros productos del gigante de la Red. Systrom permanece en las filas de Google durante dos años en los que se convierte en una de las más firmes promesas de la compañía.

Sin embargo pronto deja la multinacional para sumarse a un proyecto creado por varios compañeros ex “googlers”. Se encarga del desarrollo de una App que combina geolocalizaciones para juegos. De ahí pasa a Burbn, el germen de Instagram, una empresa en la que se encarga del registro de localizaciones para ganar puntos en encuentros de amigos, así como el tratamiento de fotos de esas reuniones.

Systrom prefirió servir cafés en el campus de la Universidad de Stanford y rechazó la oferta de Zuckerberg antes de que creara Facebook

Ahora es cuando Kevin Systrom se lanza a la creación de una de las mayores redes sociales de servicios junto a Mike Kreiger. El nombre de la compañía resulta de la combinación de las palabras instant y camera.

Su idea es revolucionaria: inventan un lugar de encuentro de amigos a través de fotos. Y no se trata de unas imágenes cualquiera. Son instantáneas convertidas a formato cuadrado, como si acabaran de salir de una Polaroid, pero tomadas a través de un iPhone o un iPad, un formato muy diferente al clásico 16:9 de las pantallas panorámicas.

El éxito de Instagram es fulgurante. En 2010 alcanza el millón de usuarios, que se han multiplicado por cien sólo seis años después. En 2012, Instagram fue vendido a Facebook por mil millones de dólares. La transacción permite a Kevin Systrom embolsarse 400 millones de dólares.

Como todo lo relacionado con las nuevas tecnologías americanas, hasta el cierre de la negociación estuvo rodeado de la erótica de las empresas tecnológicas. Kevin Systrom y Mark Zuckerberg se fueron a dar un paseo y cuando regresaron ya tenían entre las manos el acuerdo con el que Facebook adquiría Instagram. Un cierre digno de la filosofía de Silicon Valley, con el que Systrom ha entrado en la lista de los mil millonarios.

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